ORIGEN Y DESARROLLO DE LA CORRUPCIÓN OLÍMPICA
Por Andrés Pascual El motivo legítimo del enfrentamiento olímpico debe ser cultivar el deporte sin otro estímulo que el aplauso del p...
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Por Andrés Pascual
El motivo legítimo del
enfrentamiento olímpico debe ser cultivar el deporte sin otro
estímulo que el aplauso del pueblo y el servicio a la patria.
Por desgracia, el
modernismo ha pervertido el credo amateur, resultado de un mundo cada
vez más fanático del Rey Midas. Por la presión del imperio
transnacional de consumo, aquel atleta, que se arrodillaba por su
victoria para recibir la medalla, puede decirse, con entera
franqueza, que desapareció del panorama mundial de la competencia
moderna nacida en 1896.
La antorcha simbólica
del olimpismo viaja desde Grecia hasta la ciudad donde se celebre el
evento cada 4 años, únicamente la II Guerra Mundial interrumpió la
fiesta entre 1936-1948 (FOTO JESSE OWENS EN 1936).
Fue en Grecia que
nacieron los deportes, entonces premiaban con una corona de laurel el
esfuerzo, hoy no puede hablarse de laureles, porque la corrupción
metálica hizo acto de presencia con todo su ímpetu demoledor en
gran escala.
La fiesta de apertura de
una Olímpiada es increíble, pompa y oropel, entre los países que
la han presentado la puja inicia desde el mismo día en que obtienen
la sede, desde ese momento, aparecerán números, multiplicaciones,
sumas...en fin, la creación del monstruo de las mil cabezas
convertido en “los mejores, los más bellos, los más caros” y
los que más dinero dejaron en ganancias o en pérdidas, hoy, por las
amenaza del flagelo moderno islamista, los que más gastaron en
seguridad, que se parece al postulado esencia del olimpismo “más
alto, más fuerte, más rápido”, pero no existir algo más
diferente.
La competencia olímpica
es más vieja, más cara y más importante que la Copa Mundial de
Balompié, más que cualquier evento mundial, porque es
multidisciplinaria y verdaderamente universal, es el forcejeo por la
grandeza en la Feria del Músculo y ha sido objeto de atentados por
fanatismo religioso, como el de la organización terrorista
Septiembre Negro en Munich-72 contra atletas judíos. Tampoco han
escapado de la pugna divisionista política mediante boicots,
resultado de haber invitado a los paises del Pacto de Varsovia, desde
1952, a participar en una clase de justa que violaban flagrantemente.
Juegos Olímpicos baratos
NO, es un pecado; desde 1896, en Atenas, parece una afrenta al Dios
supremo del Olimpo que estas competencias se realicen en países
pobres y pequeños, no tienen dinero ni el Ejecutivo propone unirse
para costear el experimento en alguno, solo por ver qué pasa.
Los países muertos de
hambre, mientras más lejos de la cabeza, mejor, siempre ha sido así,
imagino que provocaría verguenza presentarlos en países pobres. Y
yo no soy puritano ni revolucionario ni comunista, pero no puede
evitar cuestionar cosas.
Mire qué curioso, para
aplicar en los Juegos de Melbourne-1956, el entonces mandamás del
organismo, Avery Brundage, declaró que apoyaba totalmente la
proposición del “amateurismo puro”; para hacer más
controversial el postulado, declaró que también apoyaba que el
atleta amateur “continuara siéndolo siempre...”. Pero las
divisiones del Pacto de Varsovia ponían rumbo al Pacífico, con sus
escuadras repletas de profesionales de partido político y de eso no
habló...
En igual medida que eran
escandalosas las victorias de los países del anillo comunista,
también constituyeron el gancho necesario al enfrentamiento atlético
y ese perfil, esa manera de abordar el juramento de Coubertein, era
corrupta en esencia.
En 1896, los griegos
estuvieron dispuestos a todo con la finalidad de conseguir la medalla
de oro en Maratón, episodio histórico de una gran batalla del Mundo
Antiguo que ganaron los ejércitos helénicos; entonces se dedicaron
a ofrecer regalos mucho más materiales que la corona de laurel, la
medalla y el pergamino, desde cortes de pelo gratis por cinco años
si el ganador era griego, a propiciar alojamiento gratis al ganador y
dos acompañantes durante un año.
Si bien se identifica a
Samaranch como el hombre que hizo público el profesionalismo en los
Juegos Olímpicos, medida que tal vez los haya salvado de la quiebra
por el balance competitivo, no es menos cierto que, en la era
moderna, la contaminación del término “amateur” se inició en
aquellos regalos que le “proponían” los comerciantes griegos a
sus paisanos si ganaban.
Por esa razón y por la
otra, la noticia de 1956, relacionada con Brundage y el compromiso,
fue sino una soberana ridiculez, UNA OLÍMPICA RIDICULEZ y una falta
de respeto colosal al público.