SIN HACER BULLA: BARTHELEMY A DURA PRUEBA HOY EN MINNESOTTA

Por Andrés Pascual

La pelea por la faja superpluma de la Federación entre el cubano Rancés Barthelemy y el dominicano Argenis Méndez será en Minnesotta, en el tabloncillo de los Timberwolves, quiere decir que lejos de los escenarios fastuosos para combates que a veces responden a la fanfarria; otras, simplemente decepcionan...

Pero el promotaje de hoy es así, Las Vegas para una nacionalidad, porque resulta que, de un tiempo a esta parte, hay que contentar a una población específica y, por circunstancias que no acabo de entender como Dios manda, separar todo lo que se pueda del “yriampo” (comida en ñañigo) a otra a la que no se le tiene en cuenta su importante e insoslayable historial ni su tradicional influencia en este deporte, pisoteado sin contemplaciones por la mentalidad y la fuerza sucia comunista detrás de lo que ha destruido al país.

Poco a poco, sin hacer bulla, peleando más contra promotores prejuiciados por quién sabe qué, la nueva generación de peleadores cubanos se va imponiendo en el pugilismo profesional de hoy contra obstáculos mucho más fuertes que la oposición en el ring.

Hace poco leí lo que considero un grito desolado y desgarrador de un cronista de boxeo puertorriqueño, porque la Isla del Encanto no tenía un solo campeón mundial, y al mundo tal vez le interese porque han estado en las ternas desde los últimos 40 años, sin embargo ¿A cuántos les ha importado que Cuba desapareció por decreto tiránico-dictatorial de ese escenario, dejando una posición tan lucrativa que contentó a varios países que se han repartido las fajas mundiales que los antillanos “mayores” dejaron de ajustar a sus cinturas? La barbaridad de campeonatos ganados por México tiene mucho que ver con la imposición, involuntaria popularmente, de “la escuela cubana de boxeo”, lo anterior no lo puede contradecir nadie, aunque no sea honesto, porque, ente 1930-1969 se pueden recontar los campeones mundiales de todos los países hispanos y los miembros del ranking para 8 divisiones durante más de 25 años y la histora dirá.

El problema es grave, porque Puerto Rico no tiene campeones con todas las posibilidades legales, sin obstáculos políticos de tiranos represores que lo impidan; pero Cuba tiene 4 (Yoan Pablo Hernández, Richard Abril, Erislandi Lara y Guillermo Rigondeaux) con menos del 1 % de su población boxística activa en Fistiana.

Eso debería ser la verdadera señal de alarma para todo el mundo, porque corriendo, sin tirar, “huidos” o como quieran verlos aquellos que no se cansan de demeritarlos por el miedo intrínseco del caco que olfatea la llegada del dueño al lugar del robo, TIENEN 4 CAMPEONES en el mismo sistema de competencia decadente en que gana todo el mundo hoy...

Esta noche Rancés Barthelemy tendrá la oportunidad de convertirse en el 5to campeón mundial activo de la Cuba Libre.

A pesar de la clase histórica reconocida de los boxeadores antillanos precastrismo, NUNCA se logró que coincidieran 3 en la cima de sus divisiones, por lo que esta era puede considerarse la más pródiga de la historia del boxeo cubano, descontando el impasse que aún existe para la mayoría, provocado por la jauría castrista en perjuicio de esta disciplina en la Isla.

Barthelemy (19-0, 12 KO's), que subirá como retador del campeón Argenis Méndez (21-2, 11 KO's), uno de los ahijados de Mike Tyson, tendrá una dura prueba ante el dominicano, que sabe golpear y tiene buena velocidad de manos.

A pesar de todo, el cubano, ligeramente más alto, puede ganar porque boxea mejor y pega más fuerte que el campeón.

Méndez tiene una victoria por nocao en revancha contra el difícil mexicano Juan Carlos Salgado y una pelea tablas en pleito muy cerrado contra el euroasiático Arash Usnamee, a quien el cubano (FOTO) le dio lecciones de cómo boxear ganándole por decisión tan merecida como unánime.

De cualquier forma, el pleito de hoy debe resultar de interés, porque es por una faja mundial, pero, a los cubanos les debe interesar más debido a que, si Barthelemy gana como se supone, entonces tendremos el 5to campeón mundial actual, algo que, como quiera que se vea, son palabras mayores para quienes han perdido tanto en el deporte profesional.